Retrato

El retrato ocupa un lugar importante en la obra de Jorge Vinueza, a lo largo de su trayectoria, ha aprendido a mirar de frente a sus fotografiados y ha recibido de igual manera, miradas honestas que buscan sostener el orgullo sobre su identidad frente a la cámara.

@lafotomovida

Paralelamente a su pasión por el retrato formal, ha sumando desde 2009 retratos a su colección de almas robadas, actividad fotográfica que la realiza con una cámara de parque con un lente Voighlander de finales de 1800 y tiene como nombre @lafotomovida.

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El Retrato en otro Tiempo

El Retrato en otro Tiempo

Enfrentarse a una cámara fotográfica que tiene más de 100 años no es fácil en tiempos millennials: el retratado tiene que permanecer inmóvil entre diez y veinte segundos en el instante de la obturación. Una cámara de otro tiempo utilizada en este no puede ser más que una locura, un sinsentido lumínico; sin embargo, para Vinueza es una forma de regresar a la raíz y la base de la fotografía, pues en su cámara de manga tiene todo lo necesario para captar la luz sin un solo megapíxel.

Aquí no se trata de vanidad, de salir bien en la foto, lejos del selfi actual. Muchos quedan algo perplejos con el resultado (inclusive hay quien ha reconocido en su foto rastros de algún antepasado); llevan en su retrato algo más que el papel, llevan un momento de reflexión, pues a partir de esta experiencia la propuesta es la conciencia del presente y la quietud en un tiempo en que la gente no tiene tiempo ni se queda quieta.

Jorge Vinueza, fotógrafo documentalista y retratista de alma, realiza esta actividad para escapar del apuro mediático y de la velocidad a la que hoy se producen las imágenes. Tiene casi doce años robando almas de amigos y personajes, acercándolos por unos segundos a la conciencia del momento presente y al valor de un retrato fotográfico.

Enfrentarse a una cámara fotográfica que tiene más de 100 años no es fácil en tiempos millennials: el retratado tiene que permanecer inmóvil entre diez y veinte segundos en el instante de la obturación. Una cámara de otro tiempo utilizada en este no puede ser más que una locura, un sinsentido lumínico; sin embargo, para Vinueza es una forma de regresar a la raíz y la base de la fotografía, pues en su cámara de manga tiene 

todo lo necesario para captar la luz sin un solo megapíxel.

Aquí no se trata de vanidad, de salir bien en la foto, lejos del selfi actual. Muchos quedan algo perplejos con el resultado (inclusive hay quien ha reconocido en su foto rastros de algún antepasado); llevan en su retrato algo más que el papel, llevan un momento de reflexión, pues a partir de esta experiencia la propuesta es la conciencia del presente y la quietud en 

un tiempo en que la gente no tiene tiempo ni se queda quieta.

Jorge Vinueza, fotógrafo documentalista y retratista de alma, realiza esta actividad para escapar del apuro mediático y de la velocidad a la que hoy se producen las imágenes. Tiene casi doce años robando almas de amigos y personajes, acercándolos por unos segundos a la conciencia del momento presente y al valor de un retrato fotográfico.

Revista Diners 2019

All images and texts © Jorge Vinueza 2021-2022
Design: Zugasty
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